Cuenta la historia que hace 200 años, en la cordillera de
Los Andes, y en plena provincia de Mendoza, Argentina, el general José de San
Martín se encontró con un chileno, mejor conocido como el Bandido Neira, con
quien sellaron una amistad y compromiso para luchar juntos por la libertad de
Chile y el cono sur de la corona española. Y lo lograron. Bandido Neira, supo
guiar de manera estratégica el paso de los soldados argentinos entre la zona
central de Chile y vencerlos.
A finales del primer semestre de este año 2017, se repitió el abrazo entre un argentino
y un descendiente del Bandido Neira, esta vez en libertad y espacios abiertos.
Un abrazo para sellar el inicio de un trabajo conjunto para construir un
inédito puente enoturístico y productivo entre las viñas patrimoniales de la
provincia de Mendoza y Guarilihue, en el Valle del Itata.
Se trata de dos acuerdos de trabajo conjunto suscrito por la
Viña del Bandido Neira, liderada por su gerente general Felipe Neira González;
la Viña Adrover, del mendocino Adrian Ranaldi; y el productor vitivinícola y
experto en turismo enológico argentino, Miguel
Angel Boggio. Dichos acuerdos consisten en que a partir de este mes de
junio, se unen para trabajar en el intercambio de logística, difusión y
marketing de vinos de autor de ambos países, distribución y un valor agregado
en la propuesta a diferencia de otros acuerdos: “queremos construir un puente
directo para que los turistas argentinos y chilenos puedan conocer de manera
estratégica, eficiente, de calidad y humana, tanto los valles del Itata como de
Mendoza”, señalaron los productores durante la firma de los acuerdos.

Esta firma se llevó a cabo en el marco de una intensiva gira
realizada por la Viña del Bandido Neira en Mendoza, Argentina, y que estuvo
acompañada por la presencia de dos destacados enólogos chilenos: Anita
Zarricueta Carmona e Ignacio Pino Román.
El gerente general de la Viña de Neira y actualmente
presidente de la Asociación Gremial de Enólogos y profesionales del Vino del
Valle del Itata (AGEPVI), Felipe Neira González, señaló que fue una gran
experiencia y que es muy valioso que el hecho que dos viñas argentinas que en
sí cumplen con la identidad del Valle en Mendoza y que cultivan parras no sólo
del malbec sino que otras cepas patriminiales, su tradición vitivinícola es muy
amplia, la mayoría de 100 años, y el caso nuestro en Chile es muy similar”.
“Estamos uniendo dos valles, de manera histórica, de dos
países vecinos y dicha historia –en realidad- es muy importante aquí, le
estamos dando un valor al turismo, a los productos vitivinícolas del Valle del
Itata, y la idea es proyectarse, a unos pocos años, a corto plazo, y que esta
alianza sea el vínculo que permita que el turista mendocino pueda conocer Itata
y la gente de Biobío pueda conocer las viñas de Mendoza, tal cual como lo hemos
hecho nosotros junto a los dos enólogos chilenos de manera tan profunda,
descriptiva, conversada, saboreando de manera intensa cada copa de vino
mendocino, de manera diferente, con un valor agregado y que escapa de las típicas
visitas corporativas o turísticas: hablamos de un realizar un circuito de
enoturismo maravilloso siempre de la mano con los productores patrimoniales
argentinos”, explicó Felipe Neira.

Felipe Neira hizo hincapié que con esta alianza se inicia
también el camino perfecto para fortalecer la existencia de los vinos
patrimoniales de Guarilihue y el Valle del itata junto a los vinos de autor de
la provincia argentina de Mendoza. “Y porqué no, potenciarnos entre todos el
comercio, el apoyo técnico, de todo tipo de conocimiento”, sostuvo Felipe
Neira.
Características
Técnicas
El enólogo chileno, Ignacio Pino Román, explicó que la gira
se realizó en la zona alta del río de Mendoza, ubicada en el pedemonte que es una
de las regiones vitícolas más antiguas de Mendoza.
“Por su cercanía a la ciudad de Mendoza, sufre el impacto de
la urbanización. Abarca áreas vitícolas de los Departamentos de Luján de Cuyo,
Maipú, Guaymallén y Las Heras, y es la región más importantes desde el punto de
vista de producción de vinos finos. Existen en la región alrededor de 360
bodegas y las principales variedades son Malbec, Cabernet Sauvignon y
Chardonnay”, indicó Pino.
De las bodegas que se visitaron están Carmelo Patti, Dante
Rabino, Familia Adrover, Familia Cecchin y CarinaE, estableciendo una alianza
estratégica con cada una de ellas, en materia de bodegas y expertice técnica. “Además,
se degustaron alrededor de 50 vinos, muchos de ellos del cepaje típico, Malbec,
que se encuentran en viñedos de más de 40 años y constituye un patrimonio
vitícola insustituible. También otros cepajes característicos de la zona,
Merlot, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Bonarda, Graciana, Chardonnay,
Chenin y Semillón, los tres últimos para vinos espumantes”.
Consultado sobre las características sensoriales de los vinos
tintos más evidentes observadas y con mayor frecuencia, Ignacio Pino explicó
que éstos “presentan una alta intensidad colorante, de matices violetas
profundos, teja, mucha extracción fenólica. Aromas intensos, donde resalta la
fruta madura (frutos rojos). Gran intensidad y persistncia en boca, también muy
marcados los taninos. Muy alcohólicos y de acidez media (muy marcada la
correción de acidez en los vinos), ya que el clima donde están ubicados estos
viñedos, es caluroso, de noches frías y sequía moderada, las precipitaciones
anuales oscilan cerca de los 200 mm. Un clima seco. Además, suelos muy
calcáreos”.
Concluyó Pino que “no se debe olvidar mencionar que los
viñedos tienen riesgos de heladas tardías y también de granizo En promedio son
vinos que se pueden empezar a consumir a partir del segundo año, con un punto
óptimo de 5 años o más”.
En tanto, Anita Zarricueta explicó que la diferencia también
está en el turismo. “Está muy desarrollado, la gente lo consume, te reciben muy
bien, las degustaciones son de bajo costo y eso se agradece, está abierto todos
los días y a todo público. Respecto a la calidad del vino, probamos vinos tipo
francés, jóvenes, nuevas generaciones, que se expresan más la fruta y eso es
increíble. La tendencia es que se exprese el terroir. Hay que seguir por la
autenticidad. Chile tiene vinos auténticos, y ellos más conservadores. Y ahí se
puede establecer un equilibro muy bueno para los vinos patrimoniales entre el
Itata y Mendoza”.
VISIÓN ARGENTINA
Adrian Ranaldi de la viña argentina Adrover, valoró el
acuerdo y aseguró que marcar historia “es algo fantástico y compartirlo creo
que es la parte más bonita de elaborar el vino”. Consultado sobre qué gana
Mendoza con este tipo de alianza, Ranaldi aseguró que es muy bueno compartir
experiencias y eso hace que uno se pueda fortalecer a través del intercambio de
conocimiento, el mundo está hecho de eso, más aún siendo vecinos, poder llegar
a esto es algo fantástico”.
“Mi primer mensaje para los pequeños viñateros del Itata es
preguntar, no tener miedo a la crítica, hacer esto que estamos haciendo con la
Viña de Neira y nuestros nuevos amigos enólogos chilenos, porque el primer paso
para crecer parte por eso, por aprender”, dijo Ranaldi.
En tanto, Miguel Angel Boggio, destacado productor
vitivinícola y experto en enoturismo en
la provincia de Mendoza, “explicó que todos empezamos grano a grano. Es un
honor ser parte de esta alianza, ser embajador de los vinos patrimoniales de
Guarilihue y del Bandido Neira, no hay mejor ni peor vinos, todos son
diferentes y hay que aprender a conocerlos”.
(Para más información sobre esta alianza y gira realizada a Argentina, contactar al periodista y encargado de comunicaciones de la Viña de Neira, Cristián Sandoval Cabezas. c.sandovalc@gmail.com)